En esta categoría encontrarás los post relacionados con el mundo de la madera en general. Webs que nos gustan, ideas que nos inspiran, muebles bonitos que vemos en internet y sobre todo, compañeros de profesión a los que admiramos y que tienen en marcha proyectos preciosos.
Desde que llegaste ya no vivo llorando
Vivo cantando, vivo soñando
Sólo quiero que me digas qué está pasando
Que estoy temblando de estar junto a ti”
Salomé, “Vivo cantando”
Hay proyectos que me dejan achurriná de amor profuso porque me encantan, me encantan y me encantan. Y me hacen sentir que aunque tenga que esquivar un montón de tazas de café con espigas cremosas, Instagram es un lugar de encuentros y descubrimientos muy bonitos, ¿no os parece?
Si tú tuvieras unas en casa y quisieras, nosotros podríamos. Para preciosidades así, siempre estamos disponibles.
Hacía un montón que no os traía suculencias del Pinterest y hoy, pues como que me he animado. He estado dándole alguna que otra oportunidad de nuevo a esta red social de la que tuve que quitarme a la fuerza, con convulsiones y todo durante el periodo de desintoxicación, porque ya me estaba consumiendo hasta las huellas digitales. Ahora no le tengo miedo porque no tengo tiempo, jajaja, con lo que la recaída es enteramente una utopía en sí misma.
La vida está llena de contradicciones. Una afirma que no le gustan los hombres con anillos y luego aparece Benicio del Toro, con una argolla de a kilo bañada en oro del que se puede morder sin miedo, pero le perdona e igualmente se imagina un futuro prometedor a su lado recorriendo los mares del sur cogida de su mano ensortijada. Y también, una afirma que los muebles con palés (lo he buscado en la RAE y se dice asín) no son lo suyo y se convierte en una grupie sin remedio de Okappi. ¿Hay alguien sobre la faz de la tierra que no camine sobre sus propias contradicciones? Leer más
Reconozco que soy muy fan de Instagram y que me encanta pasarme horas y horas buceando en esta red. Es divertido y aprendo mucho, con lo que no considero que sea procrastinar en absoluto sino un trabajo de investigación consistente y muy sesudo, al que dedico muchas menos horas de las que me gustaría.
Hoy, estando yo tumbada luchando contra mi propio sueño, debatiéndome entre el deber y el dejarme llevar a al mismísimo salón de Morfeo, he sido bendecida por el Dios de Internet y he encontrado un montón de perfiles inspiradores que me apetece compartir con ustedes. Fíjate que tontería más grande me hace feliz.
Me encantan los niños y las niñas. Sobre todo los míos y por el día, porque por la noche la verdad es que a veces el cariñómetro se resiente un poco, con curva exponencial negativa dependiendo de las veces que se despierten y pongan en juego sus amígdalas llamándome. O bueno, llamando a su padre, que recientemente hemos tenido un cambio de roles y ahora soy yo la que le da el codazo pero la que se da media vuelta y se queda en la cama mientras él resuelve el conflicto. Después de 5 años y medio sin dormir del tirón, me quedo roncando pero súper afligida con el cambio, como os imaginaréis.
Hoy vuelvo a la carga con otra historia de compañeros carpinteros de las que me gustan. De esas en las que os enseño trabajos bonitos de gente simpática, que se lo están currando para sacar adelante, con mucho esfuerzo, un proyecto cuidado y que les permite vivir ganándose el pan con sus propios aciertos y desaciertos. ¡Que hay mucho talento en este país, me cachendiez!
A mi es que me gusta hasta el nombre.
Conocí el trabajo de Maderhisteria gracias a Instagram, red social a la que he sumado tarde por cabezona pero a la que me he enganchado cual enana. Una al final no sabe ni cómo llega a los sitios, pero el caso es que pinchando aquí y allá, se da de bruces con mucho talento suelto por la red. Y eso me pasó con David y su proyecto en madera.
Ya sabéis que me gusta mucho traeros al blog de vez en cuando compañeros y compañeras de oficio que me tienen enamoradita, para que os quedéis sin beta carotenos delante de la pantalla y se os pongan las canas de punta por un lapso de tiempo finito viendo sus cosas. Tal y como me ocurre a mi. Y así, si os quedan fuerzas y saliva después de ver estas pedazo lámparas que os he colgado para crear un efecto impactante de entrada, pues os leéis el post si eso.
Fotos: Enkaja
Como ya sabéis, queridas tórtolas, recientemente hemos abierto una cuenta de Instagram. Un enganche total. Gracias a ella, a demás de pasárnoslo pipa y compartir en la red nuestras andanzas, estamos conociendo compañeros de sector que, ooooyeeeeeessssssss, ¡qué cosas más chulas hacen!
Empezaré por presentaros hoy a Enkaja. Un proyecto que toca mi lado sensible, o mis lados sensibles mejor dicho: el medio ambiente y la madera. Antes de ser carpintera consorte, queridas amapolas, era bióloga y quería salvar el mundo (ahora solo quiero poder hacer posados veraniegos metiendo tripa, que es otra de las salidas de la carrera). Cuando leo que se usan maderas recicladas, barnices ecofriendly, se reutilizan clavos… me entra un subidón verde que ni os cuento.
A mi me gustan mucho además sus diseños. Sencillos, con colores amistosos que te hacen querer abrazar cada pieza. Pero sobre todo me gusta porque es un proyecto que respira humanidad y eso nos hace sentirnos próximos. Somos compadres, güey. Así que esperamos que os guste y entréis raudos y veloces en su página para de comprar y de comprar y que les vaya genial.
¡Enhorabuena, compis, por este proyecto tan bonito!
Cuéntanos tu idea, habla con nosotros, pregúntanos cualquier duda. Estaremos encantados de charlar contigo. Puedes escribirnos un email o rellenar el siguiente formulario.
