febrero 23, 2017 picapino

UN ESCRITORIO DE OSB Y METAL PARA JUAN

Esta cosa tan cuqui es un escritorio cuqui. Es propiedad de nuestro amigo Juan, ya que fue el precio que tuvimos a bien pagarle por venir a casa a dejarnos el ordenador más en forma que Eva Nasarre. Se le atragantaba hasta un Excel sin fórmulas ni macros y una vez que pasó por sus manos, escupía tablas dinámicas con la soltura de un camarero de chiringuito de playa repartiendo chanquetes. ¡Misterio total!

Juan es un friky entrañable. Como se lo digo a él pues lo puedo decir en público sin que me retire la honra ni el bienestar. Le dejas un ordenador infectado y se pone a decir improperios a la pantalla mientras lo arregla (solo Mac, que como le dejes delante de un PC le salen pústulas al igual que si fuera agua bendita).

A veces se le va la pinza y te intenta explicar algo pero como diría mi hermano (Manuel Donada) le puedes decir eso de «eh, baja el labio que se te está pirando la croquet y naja pa keli cingando como un galgo». Y no se enfada porque los frikys, cuando son entrañables y están metidos en las aguas de la programación y el reformateado, no escuchan los sonidos externos. (NOTA: a mi, cuando un informático te dice que hay que reformatear me suena a cuando el pediatra te dice que es un virus. A mi me salta una traducción simultánea y me fosforece en la cabeza un «no tengo ni idea y vete a la cama a ponerle velas a tus leucocitos»).

Y poco más que añadir a esta preciosura de trabajo realizado en madera OSB y patas de hierro. Y si queréis el teléfono de Juan, pues me avisáis por privado que luego le inundan las chatis el whatsapp con mensajes de amor.

Fotos: Jimena Roquero

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