¡Con todo lo que has estudiado! ¡Con lo que has trabajado! ¡Con la cantidad de master y cursos de especialización que has hecho! ¿Cómo vas a malgastar todo eso dedicándote a la carpintería (y no te digo ya para ser madre)? Tú estás preparada para tener un trabajo más cualificado y no estancarte ahí. Y si por mi madre fuera, sería ministra. De lo que fuera, pero ministra.
Jajajaja, ¡cómo me río! Porque aquí estoy, sentada en mi escritorio currándome un DAFO en toda regla de nuestro blog, haciéndome una auditoría propia a mi misma sin miramientos, que me tengo yo muy fichada y no puedo esconderme.
Que pensaréis que mira estos qué sencillos y que qué actividad más de andar por casa nos reservamos para la tarde del domingo pero, no, dejadme que pinche esta burbuja de la idealización porque es simplemente un ejercicio de la profe del curso de Hello! Blogging Pro, Mar de Sonambulistas, que nos ha puesto las pilas pero bien y me encanta. No se puede ser pro del bloggerismo sin echarle sudor al teclado, digo yo.
Y bueno, hacer estaba haciendo un DAFO pero en pijama y con la cabeza echando humo. Y para rematar, os cuento, que tengo una infección de orina, Hugo está con 38 de fiebre de repente y que se me ha roto una muela y me duele horrores, con lo que mañana tengo que practicarme, yo misma o con ayuda de un profesional del diente, una extracción molar urgente. Pero el DAFO no me lo quita nadie.
Un DAFO… jajajaja… ¿Pero esto de la carpintería no era hacer muebles? ¿Para qué te sirve un DAFO cuando estás entre maderas? ¡Qué cosas! Jajajajaja, ¡un DAFO! Como los que hacía antes cuando me dedicaba a formular proyectos y a pensar en estrategias… De repente, una vez más, todo se conecta. Como cuando escribo un post o tengo que hacer un excel. O tengo que pensar cómo contar las cosas. O como cuando tengo que redactar un plan para esta pequeña empresa. O pensarme una reunión para convencer a alguien de algo. O marcar objetivos y acciones concretas para intentar mejorar. Menos mal que todo lo que he estudiado y mi experiencia laboral no me sirven para nada y lo estoy tirando a la basura. Si no, este sería un país de locos, ¿no? Sería un susto que todo lo que una aprende le sirviera para cosas que no vienen a cuento.
Pues sí, estudiar biología y haber currado en ingeniería ambiental y en el mundo de las ONG durante unos cuantos años, me ha venido de perlas para ser carpintera consorte. Y que se fastidie el que lo lea y no lo crea. ¿Cómo es eso de una formación que constriñe? ¿Dónde se ha visto antes una educación que cierra puertas en vez de abrirlas? El conocimiento no tiene un fin, según mi parecer, no es aprenderse de memoria manuales de instrucción para poder ejecutar un algo concreto. No es un «para» sino un poso que se queda ahí, que te formatea de una forma concreta, una nueva forma de aprender a parpadear.
Una aprende para tener una forma de vivir y ver el mundo, para abrir el coco que tiene por coco. Pero para abrirlo a todo lo que tenga que venir, no sólo a lo que se ha metido en él. A lo nuevo. Para tener herramientas para afrontar retos, para poder saltar alto hagas lo que hagas. Estudiar es una excusa para crecer, ¿cómo pued
e ser entonces que te aleje de algo en vez de acercarte a todo? Precisamente porque he estudiado algo concreto, puedo dedicarme a lo que quiera. Estudiar biología, o chino, o ingeniería aeronáutica me serviría también para abrir un puesto de bragas. Porque todo, todo, todo, una se lo lleva puesto y lo saca como artillería pesada cuando se enfrenta a la vida cotidiana.
Este verano, charlando con una amiga de mi madre me contaba que estaban un poco perdidos porque su hijo había acabado la carrera y había encontrado un buen trabajo, en el que no hacía más que ascender. Y él, en vez de ser feliz, se iba apagando ante la idea de que estaba en un sitio en el que no quería estar y sobre todo, porque había llegado a allí antes de tiempo. Quería dejarlo todo para viajar, vivir, aprender idiomas… cosa que aún no había podido hacer. Y quería también estudiar un MBA. ¿Un MBA?, me dijo su madre. ¿Para qué va a estudiar eso si no quiere ni montar una empresa ni le veo yo trabajando en un puesto de estos super sufridos en un despacho? Y quizás estoy equivocada, y quizás mi opinión sea errónea, pero estudiar un MBA seguro que es algo maravilloso aunque tu fin en la vida sea vender pulsera de cuero en Key Biscayne (no lo he estudiado nunca pero seguro que es algo super interesante y que si alguien me paga, no dudaría en hacer. Lo del master, digo, no lo de las pulseras que es una idea peregrina de una amiga).
El caso es que yo, tirando supuestamente mi vida por la borda, soy muy feliz. Bueno, no es que mi vida sea un camino de rosas, porque hay pozos negros de energía no renovable que no os quiero ni contar, pero quiero decir que mi trabajo me gusta. Y que estoy convencida de que sin mis estudios y sin mi experiencia laboral, no podría haberlo hecho. Quizás hay muchos caminos para llegar a un sitio y podría haber aprendido de esto estudiando contabilidad y un cursillo de escritura creativa pero bueno, me dio por dar un rodeo necesario para ser quien soy y para hacer lo que hago, para bien y para mal. No me siento estancada, uso mis conocimientos pasados cada día, intento llenar los huecos que me quedan formándome cuando puedo y claro, echo de menos muchas cosas y sobre todo a mucha gente del trabajo de antes, pero no siento, por ningún lado, que esté tirando nada a la basura.
¿Y tú? ¿Has tirado alguna vez algo al cubo de lo orgánico para hacer compost?
Foto: Picapino
Y tanto que lo he tirado! Imagínate, unos 11 años formándome y ahora me da un aire y lo dejo todo para dedicarme a la maternidad. Ay madre, la niña no está bien… Jaja! Qué buena entrada. Buen día!
Ole, ole y ole! A mi me pasa lo mismo… 8 años de carrera y acabar dedicándote a otra cosa. Y darte cuenta de que todo suma, aunque pocos lo entiendan. Por cierto, me encanta lo de carpintera consorte. Eres la caña!
Ole por ti! Me ha encantado el post, y tus reflexiones. Todo, absolutamente, todo lo que aprendemos en esta vida te aporta algo aplicable a mil cosas de tu negocio, de tu día a día o de tu familia.
Yo un día también decidí hacer compost, y no te puedes imaginar el peso que me quite de encima y la felicidad que gané!
Es que me encantas!!! te sigo ya que me cautivo tu naturalidad contando las cosas y fue por «Serendipia» (palabra que me encanta también por otro lado) y yo te digo…
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
(Antonio Machado)
Así que, carpintera consorte sigue tu camino pero feliz….con tus pozos negros, eres un sol, besos
Corita, jajaja. ¡Once años! Tú sí que estás pallá. ¡Y encima para dedicarte a tonterías de ser madre! Pero desde la guarida Picapino yo te aplaudo, jejeje, no por haber dejado nada en sí, sino por haber sido valiente de afrontar el cambio si es lo que querías. Y bueno, seguro que nunca jamás de los jamases habrás utilizado ningún conocimiento anterior en esta nueva etapa, ¿no? Todo, todito, ¡a la basura! Si es que ya te vale…
Abrazos.
Jess, ¡otra loca! Me temo que aún queda mucho por hacer en este país en el que parece que estudiar algo es una carga que tienes que arrastrar toda la vida, ¿verdad? ¡Pues a la porra! ¿Dónde queda el confiar en la inteligencia múltiple y en aplicar los conocimientos adquiridos en la vida? ¡Ay!, ¡ellos se lo pierden! Ya nos contaréis todas estos cambios vitales para que podamos aprender y maravillarnos.
Un abrazo
Agurtzane, ¡di que sí! Yo creo firmemente eso de que todo se queda y luego se aplica en el día a día. Yo también me quité un peso de encima y soy mucho más feliz ahora, pese a que el trabajo de antes también me gustaba. ¡Y gracias a él ahora puedo trabajar de carpintera consorte!, jajajaja.
Un abrazo.
Elena, I love you! Gracias por recordarme a Machado y esas bellas palabras. Claro que sí, el camino se hace andando y nada está escrito. Cada uno es dueño en gran parte de su futuro y de su historia, ¡y qué bonito es eso!, ¿verdad? Caminemos, andemos, recorramos senderos… es una maravilla pensar que el futuro está ahí por escribir.
Un abrazo enorme.
A mí tu último párrafo me recordado una frase que encontré hace muchos años no sé ni dónde, y que desde entonces me ha ayudado a aliviar la presión de decidir y acertar a lo largo de mi camino profesional, que ha sido enrevesado. Era algo así como «No permitas que la consecución de una meta te impida dar rodeos interesantes». Y eso he hecho yo mucho en mi vida, dar rodeos interesantes, el primero la carrera, que según la terminé me puse a trabajar en otra cosa, jajaja. Y sin lamentar nada, soy todo lo que he aprendido y lo que sigo aprendiendo.
Qué gran post este, parece que has tocado a mucha gente con tus reflexiones.
Un abrazo
Pues después de 10 años estudiando arquitectura se me atragantó el proyecto final de carrera y me puse a estudiar Información y documentación (nà que ver) a distancia. Tambien se me ocurrió ser madre por el camino. Asi que a ojos de mi madre son 18 años tirados al «compost» estudiando y trabajando y sin un papel q me reconozca oficio alguno. Y muy feliz con todo lo que he aprendido, y lo que no, con la gente que he conocido y con lo que soy. Y con todo lo que me queda aún por aprender. Yo voy cargando artillería para lo que tenga que venir
Olé por el post, Laura! Hasta he tomado notas! Me ha encantado lo de los ‘pozos negros de energia no renovable’
Me ha encantado el post, pero sobre todo el tono, como siempre clavado! Vaya si llevo yo años dando tumbos y media vuelta hacia otro lugar, sumando y sumando. Y vaya si estaré frita de que me cuestionen a cada uno de esos pasos: «¿pero tú no habías hecho tal?», «¿pero tú no habías trabajado en pascual?»… Sí! Y? Y cuando he llegado a donde se suponía que quería llegar, quiero dar media vuelta de nuevo y empezar otra cosa, irme a un pueblito y ser florista, o picapina como vosotros, que parece el oficio más feliz.
Un abrazo y enhorabuena por tu trabajo y tu alegría.
Pero es que no puedo ser más fanS tuya. Todo, todo, todo sirve. Hasta (sobre todo) los errores.
Enhorabuena porque gracias a tu rodeo, hemos llegado hasta a tí.
Bss
¡Gracias, Cristina! Efectivamente, los errores marcan, ¿verdad? Pero por otro lado, ¿qué seriamos sin ellos? Yo creo que a día de hoy me arrepiento más, de forma general, de los que no hice que de lo que hice y me salió mal. Así que, ¡a por todas! jajaja.
Muchas gracias por tus palabras. ¡Guapa!
Un abrazo.
Otra reina del compostaje y el reciclaje… Por la borda tiré una carrera, dos másters, medio doctorado, una empresa acabada de montar… Y si te sirve de consuelo, aún sigo investigando qué es lo que va a ser de mi. De momento feliz siendo madre de cuatro y encontrando de vez un cuando unos minutos al día para ir sola al baño 😉
jajaja, Nitdia. Si con cuatro encuentras tiempo para ir sola al baño, ¡entonces es que tus master te han servido de mucho! Los que te dicen lo contrario, están equivocados, eso seguro.
Un abrazo.