Si tú me dijeras ahora mismo “oye, que voy a montar una marca de ropa, collares y complementos para mascotas molonas, ¿cómo lo ves?” yo, con toda la educación que un colegio de pago y un internado en Irlanda me han dado, te diría que lo mismo, lo mismo, no es una buena idea, y mientras, sorbería un poquito de té en mi taza de porcelana mirando para otro lado. Te diría que mejor te estudiaras unas oposiciones, que le mundo está muy negro y que la jubilación está la vuelta de la esquina, que lo de soñar surrealismos está bien pero ya si eso. Todo esto dicho desde el cariño y cogiéndote la mano para aumentar la tensión dramática. Y te tomaría la temperatura.
Pero mira tú, que comenzamos esta nueva categoría que os comentaba el otro día con unos invitados de lujo y pedrería fina: Fiera una tienda perruna y gatuna de Madrid que ha montado Pepito&Co. ¡Me río yo sola! Porque Fiera es todo eso que te habría dicho que es una idea peregrina y sin embargo, es un negocio vivito y coleando que me tiene enamorada sin tener ni perro, ni gato, ni visos de tener ninguno de ellos. Y al que le auguro mucho futuro mirando con mi ojo bueno, el menos miope. Menos mal que nunca jamás me preguntaron mi opinión antes de montar su chiringuito y menos mal que Celia y Rubén son gente de mucho bien con visión de futuro, que tienen un gusto y una forma de hacer que se refleja en su negocio según abres la puerta. Esto ya os lo conté en un post hace poco.
La verdad es que pasamos una mañanita de charla interesante, hablando de esto y aquello. Nos contaron que todos sus productos están súper seleccionados y que uno de los requisitos importantes que tienen que reunir el stock de su tienda es que sean materiales respetuosos con el medio ambiente y una producción que respeto los derechos humanos básicos , que ya es muchísimo decir y da para hacerles una ola. Estuvimos hablando de esto, de que necesariamente producir en China no es sinónimo de explotación laboral ni atropello al medio ambiente (eso va ligado a producir MUY BARATO en China) y de que cuando adoptas un perro tienes que asumir el compromiso de esterilizarlo, cosas ambas que desconocía por completo.
Otra de las cosas que estuvimos cotilleando es cómo comenzó su andadura en todo esto. Los principios de las ideas emprendedoras siempre son fascinantes y últimamente, todas con las que me topo conllevan una etapa de ruptura y de proceso de cambio que siempre me interesan mucho. Una historia de curros anteriores en los que no, de condiciones laborales de las que no, de horarios de oficina que no. Y un poco de casualidad también, que si lo piensas es algo super bonito, ¿no?
En este caso, el origen de toda esta historia es Pepito, un perro recién adoptado muy friolero que necesitó algún que otro jersey para pasar el invierno. Y de Celia, recién despedida de un trabajo en el que estaba algo así como empleada, tejiendo sin parar para su nuevo compañero de aventuras ropita chula, de la que no se podía encontrar en las tiendas antes de existiera Fiera. Y Pepito causó furor con su planta y su porte en el parque por las tardes, así que Celia se vio tricotando hasta altas horas de la mañana mientras caminaba sin saberlo a lo que sería Pepipo&Co. Y de ahí, la historia está escrita.
La estantería que les hicimos para su tienda está fabricada en madera aglomerada plastificada en blanco y tiene unos tubos de hierro pintado que van de acá para allá, dejando espacio para colgar de todo. Es impresionante la vida que le dan los colores de los collares y de los tejidos de la ropa que, ¿os he dicho ya que diseñan ellos mismos? Pues os lo digo ahora porque no podéis iros sin antes saberlo porque de verdad, son a cada cuál más precioso. A mi me encantan así que espero que algún día decidan lanzarse con una línea de ropa humana.
Muchísimas gracias chicos por abrirnos las puertas y en especial a Celia (Rubén, también te quiero pero ella fue la que aguantó el palique como una campeona y la que tuvo el cuajo de posar para la foto, con la vergüenza que da eso, jejeje). Un abrazo enorme y ¡mucha mierda!
Fotos: Jimena Roquero
