Música a tope de fondo (la que me escupe mi Spotify) y la familia en la piscina. Es un momento perfecto para hablaros de otra de las aclamadas creaciones madereras picapinianas en esta cotizada sección conocida internacionalmente como La Comunidad, donde la gracia de mi pluma compite por el protagonismo eclipsante con fotos de nuestra querida Jimena Roquero y estos muebles que hace mi chico bajo órdenes de nuestros maravillosos clientes. Esto es una competición que me río yo de las peleas de fango en trikini. Pasen y tomen asiento, que arrancamos con el mueble de varillas de Mónica (@cosasdeabilia) y no nos pensamos ir de aquí hasta que os lo hayamos contado todo.
Hay dos aspectos de Mónica que no puedo dejar de abordar antes de dar por zanjado este post, o incluso de empezarlo, pues ambas son de elevada importancia y llevo queriendo contároslas desde que fui a visitarla.
ASPECTO NÚMERO 1: ¡Madre del amor hermoso qué casa tiene! ¿Es que acaso tiene grandes suelos y techos? No. ¿Es cuestión entonces de sus amplias estancias? Tampoco. Vale, entonces son los frescos recuperados de Miguel Ángel en la cúpula del salón. Pues no. El caso es que es una casa pequeña, recogida, pero transmite una paz a prueba de ataque de nervios. Cada detalle es una pasada. Tiene una estantería llena de cosas preciosas que te descubres mirando y cotilleando sin ningún tipo de educación ni compostura, de la cual no tenemos muestra porque ya nos cuesta ir invadiendo la más pura intimidad de la clientela, como para encima sacar fotos de sus pertenencias. Pero vamos, creo que os podéis hacer una idea en base a las fotos que os enseñamos.
Igualmente, creo que el hecho de tenerlo todo tan recogido y tan ordenado me fascinó. Nunca pensé que mi madre fuera de una tribu urbana que tuviera más miembros que ella misma. Aquí el método de la Marie Kondo llega tarde, así os lo digo. ¡Qué envidia! ¿Por qué esto no se hereda este superpoder o se pega de clientes a carpinteros?
ASPECTO NÚMERO 2: Mónica viene del país al que los Elfos irían de cabeza si existieran y se quedarían flipados. Un lugar de verdes montañas, campos castellanos, aire más puro que el que venden en litronas y ríos sin espuma química (esta descripción de El Paraíso no se discute). Sí, lo habéis adivinado: ¡Mónica es de #soriademisamores! (este es un llamamiento a nuestros seguidores de Instagram, que están al tanto de mi enamoramiento) ¡Incrédulos! Os dije que en Soria vivía y nacía gente y vosotros erre que erre, que no, que ahí no hay nada… ¡Pues mirad!, Mónica es soriana. Mi amada tierra adoptiva, mi refugio en el planeta que habito. Ya por eso, estar en nuestro top-ten clientes es cosa de un mero trámite. ¡Que veraneaba en mi pueblo! Ay, ¡pueblito!
En fin, que dichas estas dos cosas, ya solo queda hablar del mueble en cuestión, que es uno de los que más éxito ha tenido en nuestro historial 2.0, lo que quiere decir, que a no ser que mintáis, os ha gustado.
Un mueble sencillo pero para mi gusto, precioso. Todo diseñado por Mónica, que fue la que nos explicó exactamente lo que quería. Nosotros luego unimos un poco de pino macizo teñido y barnizado y algo de DM lacado sobre una estructura de varillas de hierro pintadas y ¡listo! Un resultado ligero, que no pesa, un mueble de los que están pero no ocupan.
Muchísimas gracias Mónica por habernos dado la oportunidad de hacerte este precioso mueble y por habernos abierto tu casa de par en par. Para asumir una invasión con tanta alegría y tan buen humor, hay que ser soriana de pura cepa. ¡Un abrazo!
Fotos: Jimena Roquero
¡Hacéis un trabajo precioso! ¡Enhorabuena! 😉
¡¡Muchísimas gracias!! Viniendo de vosotros, es todo un honor.
Un abrazo.