Un cabecero que hemos hecho nosotros
Sobre el mueble::
He de reconocer, sin embargo, que un buen cabecero aporta una diferencia. Además de vestir la habitación, evita dejar la marca de la almohada en la pared que termina siendo un halo de mugre indefinida que da prestancia, pero no queda muy bien. Muy poca gente sabe gestionar bien la negrura (como la del bajo de la cama, que tenemos que cambiarla cuando dejemos de evadirnos en itinerancias decorativas, que no hallamos el consenso. Que es lo típico que no sé si os había llamado la atención antes de yo decirlo, pero por si acaso os da por pasar el scaner).
Materiales:
Madera rechapada de palosanto barnizada y pintada por el exterior.
Fotografías::
Picapino