Javi, hazme un flexo. Javi, hazme un flexo. Javi, hazme un flexo. Y a la tercera va la vencida. Bueeeeno, vale, no fueron solo tres, sino unas cuantas más, pero ¡el que no llora no come! Ahora puedes ecargarnos uno. Te lo llevas, lo enchufas, te iluminas, lo disfrutas y pones los pies en alto. Es sencillo. Es divino. Eres tú, como el agua de mi fuente. Eres tú, el fuego de mi hogar. Algo así eres tu, algo así como el fuego de mi hoguera. Eres tú, el trigo de mi pan.
Madera de pino barnizada en su color y calabó pintado en azul.
Estamos a su disposición para más información.